Leônidas da Silva: El inventor de la chilena que revolucionó el fútbol brasileño

Mucho antes de Pelé, Garrincha, Zico o Romário, Brasil ya tenía a su primer ídolo nacional del balón: Leônidas da Silva.

Para muchos, el primer gran genio del fútbol brasileño. Un delantero revolucionario, audaz y talentoso que, en plena década de los 30 y 40, transformó la manera de atacar y encarar el juego.

En una época dominada por estilos rígidos y físicos, Leônidas fue el primer gran exponente del fútbol arte.

Inventor o, al menos, popularizador de la chilena —el famoso “gol de bicicleta”—, Leônidas no solo fue pionero desde lo técnico, sino también desde lo simbólico: fue uno de los primeros ídolos negros del deporte brasileño, en un contexto social cargado de discriminación racial.

Este es el retrato de un pionero, un innovador, un mito.

El hombre que, con cuerpo de alambre y alma de artista, marcó el camino de lo que hoy conocemos como el jogo bonito.

Biografía de Leônidas da Silva: El primer gran ídolo

Leônidas da Silva nació el 6 de septiembre de 1913 en Río de Janeiro, en el seno de una familia humilde.

Desde niño mostró una habilidad natural con el balón y una forma de moverse atípica, elástica, casi acrobática.

Sus primeros toques fueron en las calles de São Cristóvão, en medio del empedrado, la improvisación y la libertad del juego callejero.

Su debut profesional fue en 1930 con el modesto São Cristóvão FR, pero no tardó en ascender en el firmamento del fútbol carioca.

Pasó por clubes como el Bonsucesso y el Peñarol de Uruguay, hasta que en 1934 su nombre comenzó a hacerse fuerte en la selección brasileña.

En 1938, durante la Copa del Mundo en Francia, Leônidas maravilló al mundo.

Marcó 7 goles en 4 partidos y se consagró como máximo goleador del torneo.

Allí se acuñó su apodo más famoso: “El Hombre de Goma”, debido a su capacidad para retorcer su cuerpo y ejecutar movimientos imposibles, como su célebre chilena.

Jugó hasta 1950, retirándose en el São Paulo FC, club con el que alcanzó su mayor gloria local.

Tras su carrera como futbolista, se convirtió en comentarista deportivo, donde también brilló con una voz crítica, elegante y lúcida.

Murió el 24 de enero de 2004, a los 90 años. Su legado sigue más vivo que nunca.

Palmarés de Leônidas da Silva

Pese a que su época fue menos prolífica en torneos internacionales, Leônidas acumuló títulos relevantes a nivel nacional y regional:

• Máximo goleador del Mundial de 1938 (7 goles)
• Campeón del Campeonato Carioca con Flamengo: 1939
• Campeón del Campeonato Paulista con São Paulo: 1943, 1945, 1946, 1948, 1949
• Trofeo Copa Roca con Brasil: 1932
• Incluido en el equipo ideal del Mundial 1938
• Reconocido por la FIFA como uno de los mejores delanteros del siglo XX
• Miembro del Hall de la Fama del Fútbol Brasileño

Aunque nunca ganó la Copa del Mundo, su actuación en 1938 fue legendaria.

Principales equipos en los que jugó Leônidas da Silva

• São Cristóvão FR (1930–1931): Club donde dio sus primeros pasos. Allí comenzó a hacerse notar como un delantero distinto.
• Peñarol (1933): Breve paso por el gigante uruguayo, donde vivió su primera experiencia internacional.
• Vasco da Gama (1934): Un año de transición que lo preparó para saltar al gran escenario.
• Botafogo (1935): Aunque fue una etapa breve, su rendimiento fue altísimo y lo catapultó al estrellato nacional.
• Flamengo (1936–1942): Aquí alcanzó la cima de su popularidad. Convirtió más de 140 goles y se transformó en ídolo del club.
• São Paulo FC (1943–1950): Cerró su carrera en el Tricolor paulista, donde se convirtió en símbolo y ganó múltiples títulos regionales.

Características técnicas de Leônidas da Silva

Leônidas fue, sin lugar a dudas, uno de los delanteros más completos de su tiempo. Estas eran sus principales virtudes:

• Inventiva sin límites: Capaz de inventar jugadas imposibles. Fue pionero en usar recursos técnicos que hoy son comunes.
• Elasticidad corporal: Su apodo “Hombre de Goma” no era gratuito. Tenía una flexibilidad y agilidad extraordinarias.
• Remate acrobático: Popularizó la chilena o bicicleta, y tenía un repertorio de golpes de volea y media vuelta.
• Velocidad y cambio de ritmo: Muy rápido en corto y con gran aceleración.
• Capacidad de desequilibrio: Regateador nato, aunque más pragmático que estético.
• Inteligencia táctica: Sabía cómo ubicarse, cómo atraer rivales y cuándo romper líneas.
• Instinto goleador: Más de 500 goles en su carrera lo avalan como un finalizador letal.

En resumen, fue una mezcla de artista y atleta. Un adelantado a su tiempo.

Posición de juego

Leônidas jugaba como delantero centro, aunque en algunas ocasiones también lo hizo como segundo punta.

Su estilo no era el del “nueve tanque” tradicional de la época, sino el de un delantero móvil, escurridizo, que salía del área, recibía de espaldas, asociaba y luego atacaba el espacio.

En muchos sentidos, su rol prefiguraba lo que hoy llamamos un “falso 9”.

No se quedaba fijo entre centrales, sino que se movía entre líneas, creaba juego y finalizaba con precisión.

Además, su capacidad para definir con acrobacias y remates inverosímiles le daba una dimensión espectacular que lo convirtió en ídolo popular.

¿Por qué es uno de los mejores jugadores brasileños de la historia?

• Primer gran ídolo nacional: Antes de Pelé, Leônidas fue la primera figura brasileña en captar la atención mundial. Su fama cruzó fronteras y su imagen llenó portadas en Europa y América Latina.
• Pionero técnico y táctico: Fue uno de los primeros en salirse del molde táctico de su época. Popularizó movimientos que décadas después serían comunes.
• Revolucionó el espectáculo: Sus goles de chilena, sus regates y su movilidad rompieron con la rigidez del fútbol de los años 30.
• Máximo goleador mundialista: En 1938 fue el goleador del torneo y uno de los artífices de que Brasil alcanzara las semifinales por primera vez.
• Ícono social y racial: Fue uno de los primeros jugadores negros en ser idolatrado por las masas, abriendo camino en un país profundamente marcado por el racismo estructural.
• Figura en varios grandes: Vasco, Botafogo, Flamengo, São Paulo… en todos dejó su sello. Su versatilidad y adaptabilidad eran admirables.
• Leyenda eterna: Su nombre se repite en cada conversación sobre la historia del fútbol brasileño. Es imposible escribir la historia del jogo bonito sin él.

Curiosidades y anécdotas de Leônidas da Silva

• ¿Inventor de la chilena?: Aunque existen registros anteriores, Leônidas fue quien la convirtió en una jugada famosa. En el Mundial de 1938 hizo un gol de chilena… ¡jugando descalzo! Se le había roto el botín.
• La chilena descalzo: Su gol más célebre fue descalzo, con el pie desnudo, tras una volea acrobática que dejó al arquero francés sin reacción. El árbitro tardó en validarlo, creyendo que estaba lesionado.
• El hombre de chocolate: Durante el Mundial 1938, una fábrica francesa lanzó una chocolatina con su rostro. Fue uno de los primeros productos licenciados por un futbolista.
• Su exclusión en la semifinal: En el partido ante Italia, el entrenador Pimenta no lo alineó por fatiga. Brasil cayó 2-1 y aún hoy se discute si, con Leônidas, habrían llegado a la final.
• Estilo inimitable: Muchos intentaron copiarlo. Ninguno logró igualar su combinación de plasticidad y eficacia.
• Crítico del racismo: En una entrevista en los años 60, dijo: “Cuando hacía goles, era brasileño. Cuando fallaba, era negro”. Una frase que resumía su lucha silenciosa contra la discriminación.
• Comentarista lúcido: Tras retirarse, fue una de las voces más respetadas del periodismo deportivo brasileño. Comentaba con ironía, pero con profundidad táctica.

Conclusión Leônidas da Silva: El inventor de la chilena que revolucionó el fútbol brasileño

Leônidas da Silva fue más que un futbolista brillante. Fue un revolucionario.

En una era donde el juego era físico, estático y previsible, él introdujo la sorpresa, la acrobacia, la emoción.

Cambió la forma de mirar el fútbol.

Muchos lo recuerdan por la chilena.

Otros, por su velocidad o sus goles. Pero su mayor legado fue haber demostrado que el fútbol puede ser arte sin dejar de ser competitivo.

Fue el primero en emocionar a las masas, en convertir el fútbol brasileño en espectáculo.

Y aunque no ganó una Copa del Mundo, su impacto fue tan grande que aún hoy, más de 80 años después de su debut, su nombre se pronuncia con admiración.

Leônidas fue el molde. Pelé lo perfeccionó. Pero el camino, sin dudas, lo trazó el Hombre de Goma.